Habláis de luchar, de perder el orgullo, de arrastraros por obtener a una persona. Creo que os equivocáis. Cuando te entiendes tan bien que sobran las palabras, también sobra cualquier esfuerzo sobrenatural. Búscale, mírale y dale a entender que le echas de menos. Que te mire y se acerque, que den igual las palabras, han dejado de importar las explicaciones de cómo sucedieron las cosas. Un abrazo y a vivir.
Si le miras y sigue cabreado, o ni se atreve a mirarte, si el cabreo es tal que ni te va a escuchar, bye. Déjale que se le pase o deja que pase de largo.
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